Director responsable del Centro CAMINO. Es Licenciado en Musicoterapia y especialista en Observación de Lactantes, egresado de las carrera de Musicoterapia de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador y del curso de posgrado de la Asociación APPOLA (Asociación Psicoanalítica para la Observación de Lactantes), en Buenos Aires, República Argentina.
contacto@gabrielfederico.comEs Lic. en Musicoterapia de la Universidad del Salvador. Desde el año 2006 es profesor de la materia “Técnicas Instrumentales II” de la carrera Musicoterapia en la misma universidad. Desde el año 2007 trabaja en Centro Camino Musicoterapia. En el año 2008 crea y dirige la asociación “Todos Hacemos Música”. Es autor del libro Todos Hacemos Música “Un Camino de Inclusión”. Ha realizado conferencias en Corea, Colombia, Austria, Brasil, Estados Unidos y en 16 provincias de la República Argentina. Realizó un curso de Musicoterapia del modelo “Nordoff – Robbins” en la Universidad de New York. Ha realizado campañas solidarias junto a ASDRA, Red Solidaria y Playing For Change y trabajó en conjunto con artistas como Daniela Herrero, Adrián Barilari (Rata Blanca), Willy (Tipitos), Eruca Sativa, Javier Calamaro, La Mosca y Diego Frenkel (La Portuaria).
María Paula Saadi es Licenciada en musicoterapia egresada de la universidad de Buenos Aires (UBA).
Se especializa en el trabajo con niños y niñas con trastornos en el neurodesarrollo, transtorno del espectro autista, síndrome de down, trastorno del lenguaje.
Es cantante. Estudia canto con Carolina Valcárcel (método rabine).
Estudió percusion afroperuana y candombe.
Realizó la formación en fitomedicina con Florencia Fasanella y actualmente se encuentra estudiando astrología
Daiana Basile es Licenciada en Musicoterapia, egresada de la Universidad Maimónides. Cantante profesional, cuenta con 15 años de experiencia en el mundo de la técnica vocal continuando con su formación al día de hoy con diferentes profesionales del área y cantando en diversos proyectos musicales. Además de desempeñarse como musicoterapeuta en el Centro CAMINO, es coach vocal de la Agrupación Urquiza Coral, artista residente del Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza.
Ana Magdalena Urtubey es Licenciada en Musicoterapia, egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador. Especializada en primera infancia, realizó un curso en especialización en el trabajo e intervención con personas con TEA en Fundación “Ludiica”, un seminario introductorio a la observación de lactantes a cargo de la Dra. Gabriela Ball y el Lic. Gabriel Federico y curso de posgrado sobre “Musicoterapia en Trastornos del Espectro Autista” en el Hospital Italiano, en Buenos Aires, Argentina. Cuenta con amplia experiencia en el trabajo con niños pequeños, tanto en la práctica clínica como en educación inicial, y con adultos mayores en institutos geriátricos.
Victoria Martínez D'Auro es profesora nacional de música y especialista en Educación Especial Musical, egresada del Conservatorio Superior de Música de la Ciudad de Buenos Aires "Ástor Piazzolla". Licenciada en Musicoterapia, egresada de la Universidad Maimónides, coordina y toca el bajo en la banda "Los Sabadabadú" y ejerce la docencia en los niveles inicial y primario.
Mayra Alberg colabora con el Centro C.A.M.I.N.O. asistiendo en la organización de eventos, actividades, capacitaciones y acompañando a la Asociación Todos Hacemos Música en la difusión y concreción de sus encuentros musicales.
Músico, guitarrista y musicoterapeuta (Universidad de Extremadura)
Docente de música en Nivel Inicial y Asistente técnico pedagógico del Programa Orquestas Infantiles y Juveniles del G.C.B.A.
Como musicoterapeuta trabaja en infancia y adolescencia con discapacidad.
Cada niño es único, por lo tanto sus posibilidades para alcanzar estos objetivos dependerán de sus características particulares, pero en líneas generales, la musicoterapia ayuda, brindando:
· Mayor seguridad y autoestima: el trabajo con música y canciones permite un modo de expresión no verbal el cual manifiesta estados emocionales del mundo interno propio.
· Mayor capacidad de expresión: al realizar actividades musicales, el niño o la niña puede desenvolver su capacidad de elección en cuanto a instrumentos, formas de expresión y de acción.
· Regula emociones: con las experiencias musicales el/la niña puede canalizar sus emociones, ya sea desplegándolas o encontrándole un sentido a lo que siente o le sucede.
· Comunicación aumentativa: la comunicación por medio de pictogramas en actividades musicales permite que la niña o el niño pueda integrar poco a poco imágenes que le facilitan interactuar con el medio. Podrá seguir las canciones con representaciones mentales de las mismas en simultáneo al tocarlas o escucharlas.
· Intensificación de la capacidad creativa: la niña o el niño puede inventar su propia música y letra, ampliando su repertorio expresivo.
· Intensificación de la capacidad memotécnica: se trabaja sobre la memoria, el recuerdo y la reducción de tiempo en las respuestas demoradas, estructurando aspectos rítmicos que pueden favorecer cuestiones motrices.
· Nuevos aprendizajes: el trabajo con canciones favorece la adquisición de nuevos conceptos y funciona como un medio de expresión, estimulación y motivación.
· Estimulación motriz: la experiencia del movimiento y la ejecución de instrumentos promueven una atención dirigida hacia el propio cuerpo y hacia el entorno circundante.
· Control del tono muscular: las actividades de relajación pueden favorecer la reducción del tono muscular en los casos de espasticidad o tono alto.
· En relación con la visión: se motiva el sostén de la atención, el seguimiento, la conexión y el contacto visual significativo, favoreciendo la coordinación óculo-manual.
· En relación a la voz: se promueve un aumento de la vocalización por medio del canto y otras experiencias sonoras a la vez que se trabajan aspectos relacionados con la capacidad respiratoria y el volumen en la expresión.
· En relación a la personalidad: permite construir independencia eligiendo canciones y actividades, a la vez que despliega el mundo interno creando su propia música o bien, eligiendo la letra de alguna canción popular que lo represente.
· En relación a la motricidad fina: permite adquirir mayor capacidad en el uso de las manos mientras se disfruta de una actividad musical usando instrumentos.
· En relación a la motricidad gruesa: presenta mejorías en la coordinación por medio de ejercicios rítmicos, a través del uso apropiado de canciones con movimiento y de instrumentos musicales.
· En relación a las actividades de la vida diaria: permite trasladar lo aprendido y vivenciado en las sesiones replicando las experiencias a otros ámbitos, como el hogar y el colegio, facilitando así, implementar acciones relacionadas a los tiempos de espera, la escucha, la tolerancia, entre otras cosas.
Para desarrollar un programa acorde a las necesidades de cada niño o niña, se realiza:
· Una primera entrevista con el niño o niña y sus padres para conocernos e intercambiar información sobre lo que buscan y nosotros le ofrecemos.
· Luego se prepara un plan de tratamiento anual y un presupuesto, para presentar a la obra social o a la prepaga para su aprobación.
· Ya con la aprobación, damos inicio a las sesiones de musicoterapia, donde a lo largo de unas 4 sesiones aproximadamente, realizamos una evaluación musicoterapéutica en profundidad, considerando las vivencias sonoro musicales de cada paciente. También intercambiamos información con los profesionales que trabajan en otras áreas para establecer objetivos comunes y así potenciarlos brindando mayores beneficios.
· El plan de tratamiento siempre se realiza según las necesidades y los potenciales que tenga el niño. Los objetivos son planteados según cada caso en particular.
· Hacia el final del año se entregará un informe con la evolución observada durante el tratamiento.
Las sesiones se realizan en módulos de 30 minutos y según el tipo de indicación de tratamiento, se pueden tomar hasta seis módulos semanales. Los tratamientos incluyen, además del trabajo que se hace con el niño, entrevistas con otros profesionales del equipo interdisciplinario y visitas a las escuelas, en caso de ser necesario.
La primera entrevista es sin cargo y el tratamiento está contemplado dentro del Sistema de Prestaciones Básicas de Atención Integral a Favor de las Personas con Discapacidad como “sesión - prestación de apoyo”. Por lo que los papás o responsable a cargo no tendrían que pagar las sesiones de su bolsillo, siendo reintegrado el arancel correspondiente, en caso de tener cobertura médica u obra social. En caso de no tener certificado de discapacidad, contamos con aranceles accesibles.
El trámite es simple. El requisito básico es tener el CUD (certificado único de discapacidad) en regla que otorga el Estado. Luego, según el diagnóstico del niño, se deberá solicitar al médico de cabecera (neurólogo, psiquiatra o pediatra) la derivación correspondiente, siempre que considere que la musicoterapia va a ayudar a mejorar la salud de su paciente.
La musicoterapia no tiene un objetivo artístico, sino que su fin es terapéutico. Nos interesa lo que se vivencia en las experiencias musicales y rescatar de ellas todo lo que ayude al niño con sus necesidades especiales. Por ejemplo, no importa si no canta, pero sí si disfruta que le canten o si puede seguir la letra de una canción en imágenes, o si se emociona al escuchar. La música permite vivenciar experiencias placenteras a cualquier edad. Y si en el proceso terapéutico, el niño o niña aprende a tocarlo, bienvenido sea.
Qué pregunta difícil de contestar, y qué ganas de poder dar una respuesta asertiva.
El diagnóstico no va a cambiar. Uno no “se cura” con musicoterapia, pero se reducirán los síntomas y surgirán nuevas miradas sobre lo que el niño o niña puede hacer o disfrutar, se sentirá más conectado/a, participará más activamente de lo que se le ofrezca, modificará su conducta, incrementará su comunicación, podrá encontrar nuevas formas de canalizar sus emociones y además realizará una actividad que le generará felicidad pasándola bien. Por otro lado, nos gusta recalcar que tener una discapacidad no es sinónimo de estar enfermo. Por eso, lo justo es contestar que no, no se cura la condición, pero sí se curan los vínculos rotos.
La música es un fenómeno humano. Es la única experiencia sensorial que puede activar todas las áreas del cerebro al mismo tiempo, lo que crea nuevas y potenciales conexiones para el desarrollo cerebral.
La musicoterapia se diferencia de otras actividades de rehabilitación, en que utilizamos a la experiencia musical como herramienta principal de trabajo, convirtiéndola en un puente para alcanzar objetivos. Tocamos instrumentos musicales, cantamos, creamos canciones, improvisamos músicas y sonidos dentro de un contexto terapéutico realizado con profesionales idóneos. Además, en nuestras sesiones trabajamos con los miembros de la familia (padres, hermanos, abuelos y/o cuidadores) ocupándonos del aspecto emocional y vincular del niño y esto se juega en las experiencias musicales.
La música que utilizamos en nuestros tratamientos es aquella que pertenece al mundo sonoro del niño y de su familia, la que se escucha en la casa, la que le ponen, las que suenan en el jardín de infantes o en su escuela, la que escuchan sus hermanos, la que oía la madre durante el embarazo, la de sus programas de televisión o videos favoritos, aquella que le sea significativa o la que seleccionemos juntos para su tratamiento.
La musicoterapia suma, no reemplaza. Por el contrario, trabajamos en interdisciplina complementándonos con otros profesionales que atienden a nuestros pacientes, ya que consideramos que una mirada sola no es suficiente ni absoluta para ayudar al niño. En nuestro caso, los tratamientos los realizamos musicoterapeutas, egresados universitarios especializados en intervención temprana, observación de lactantes, seguimiento de prematuros, rehabilitación y vínculo temprano. Pero sumamos las experiencias de todos los profesionales que trabajan con cada niño o niña.
En el caso de los adolescentes, muchas veces atendemos casos donde los papás y mamás buscan un tratamiento que ayude a sus hijos, en sus problemas de conducta, de comunicación y en sus vínculos sociales.